Pues sí, fui, ví, vencí y volví. Me encantó, lo ví a través de los ojos de alguien a quien le gustaba mucho y eso cambia las cosas. Casi todo el tiempo estuve en las playas que rodean Vigo, eso también es cierto, más que en Vigo mismo. Pero dió igual, lo importante es que me pareció un sitio maravilloso. Tenía el prejuicio, que se confirmó en mi visita de Mayo de que era una ciudad industrial que vivía de espaldas al mar. Pero él me descubrió cosas en las que no me fijé en mi anterior visita. Me ha regañado por contar tan poco. Así que voy a arreglarlo. Ví las Islas Cíes desde muchos sitios, desde Bayona, desde Samil, desde muchas playas y cada vez parecían distintas. Subí al monte Alba a ver amanecer e intenté ver Finisterre aunque no lo conseguí, y también al monte A Guia pero era muy pronto para ver el atardecer. Allí había una iglesia dedicada a la virgen, tan dedicada a ella estaba que no había ni una imagen de Jesús. Lo que más me gustó fue la playa de la Madrona, en ella estuve ...