LOS HOMBRES
Los que desaparecen sin dejar rastro, los que vuelven a aparecer cuando ya están a miles de kilómetros, los que se olvidaron de mí, los que me recuerdan. Tantos y tantos. No recuerdo ni sus nombres. El de las lentejas, el de Córdoba, los tengo que llamar así, porque han dejado tan poco rastro que ni el nombre conservo de ellos. Los demasiado jóvenes, los demasiado viejos, los que me gustaron pero no volví a ver, los que no me gustaron y no volví a llamar, los insistentes que tardaron muchísimo en dejar de llamar, los que aparecen como el guadiana de vez en cuando y pretenden follar y listo, los que nunca olvidaré, los que no conseguí, los que me amaron, creo que alguno hubo. Debería hacer listas, pero no podría, no me acuerdo.
Comentarios
O si no alguna anécdota graciosa.
Un beso Virginia, y no tengo ni idea de porqué hablar de papas ;-)
P.S, Tengo aversión a las listas
No es mala idea ;)
Y espero que no te estés quejando, si no puedes hacer una lista porque se te hace muy larga, no se puede decir que te hayas aburrido, eh?
;)
Entrelíneas no me estoy quejando, pero la verdad es que hubiera preferido que solo fueran dos o tres, aunque en ese caso me quejaría de aburrimiento. Todos queremos lo que no tenemos.
A veces no es posible hacerlo, como cuando voy a Madrid y veo un avión aterrizar y pienso en la última vez que fui a recoger a mi amor o escucho una canción y me hacer recordar. Por más que quieras ser positiva no puedes.