LA METÁFORA DEL MAR

Estoy leyendo "El Solateras" de Nancho Novo, me lo regaló Marisa por mi cumple, él lo define como una novela guarromántica, pero no sé si lo es o no. En una de sus páginas, la 59 hay un trozo que me ha encantado:

Los seis primeros meses de nuestra singladura transcurrieron en medio de una galerna de furores desbordados, era nuestra pasión un tifón y nos pasábamos día y noche subidos a las jarcias, desplegando foques y haciendo trinquetadas.

Luego, las aguas amainaron; como suelen hacerlo las aguas, de repente. Un buen día, despertamos en la toldilla de popa y descubrimos que hacía bueno.

La tormenta había cesado. Comenzaba lo difícil, había que hacer avanzar ese barco. Incluso en días sin viento.

Antes de cumplir siquiera un año, navegábamos por plácidos mares de silencio. Sin saber que íbamos a la deriva.

La pasión que en un principio no nos dejaba separarnos ni para sortear una farola se iba mar adentro empujada por una suave brisa de dejadez.

Nos habíamos acomodado el uno al otro.

Ese pajarraco que anida en un incierto lugar de mi entendimiento ya quería echar a volar.

Empezaron las vías de agua. Las crisis. Varamos.

Lo dejamos y lo volvimos a retomar varias veces, más que nada por el gusto que nos daba reconciliarnos. Era en esos momentos cuando salía a flote toda la pasión sumergida en el galeón hundido que ya era nuestro amor. Hacíamos como Cousteau, buceábamos por los restos de nuestro naufragio y subíamos a la superficie sentimientos preciosos, ocultos en los camarotes de nuestra memoria pero que ya no nos pertenecían a nosotros, sino al fondo del mar. ...

Pág. 61.

...Fue por esa época cuando me sugirio, si no me ordenó, que visitase a un especialista de la cabeza.

Durante los primeros meses, en los que visité sucesivamente al psiquiatra y a los dos piscólogos, la relación se mantuvo a flote, aún con ligeras escoras.

El Solateras

NANCHO NOVO

Editorial Aguilar

2005 Santillana Ediciones Generales