PEDIGRÍ BIFRONTE
"Nosotros" es un término curioso que cumple el viejo sueño de ser un plural sin perder la singularidad irreductible en cada sujeto que lo compone; nombra un colectivo sin despersonalizar a quienes lo forman. Al menos eso sugiere su etimología, que es como el pedigrí de las palabras, tal vez su código genético.
Las partes que la forman -"nos" y "otros"- ponen de manifiesto su naturaleza bifronte: identidad y alteridad. La raíz indoeuropea de "nos" está en el "nosotros" de lenguas a nuestros oídos tan exóticas y tan distintas entre sí como el avéstico, el bretón, el irlandés y el prusiano, además del castellano y vecinos geográficos y lingüísticos como francés, italiano, catalán, portugués, etc. La segunda parte es, si cabe, más interesante, porque la raíz indoeuropea que lleva en sus entrañas significa "más allá".
Hay una copla que define muy bien la ateridad (y algunos de los conflictos que conlleva): "te vas a casar -se duele creo que El Fary, o tal vez Los Chunguitos, todos ellos- con otro, con otro que no soy yo". Viene a ser lo mismo que reseña Joan Corominas en su Diccionario etimológico de la Lengua Castellana: que "otro" viene del latín "alter", que dignifica "el otro, entre dos". Desde el punto de vista del sujeto de la frase, de quien tiene la palabra, ése es el "más allá" que constituye el otro y el quid de la cuestión: que no soy yo".
Pues bien, la forma como percibimos ese "más allá" personal es parte esencial de la identidad colectiva. Aunque no seamos conscientes de ello, pero ya dice con mucha sensatez René Char, poeta de la Resistencia francesa (la resistencia, ¡qué virtud ciudadana!) que "las palabras saben de nosotros lo que nosotros ignoramos de ellas".
Las partes que la forman -"nos" y "otros"- ponen de manifiesto su naturaleza bifronte: identidad y alteridad. La raíz indoeuropea de "nos" está en el "nosotros" de lenguas a nuestros oídos tan exóticas y tan distintas entre sí como el avéstico, el bretón, el irlandés y el prusiano, además del castellano y vecinos geográficos y lingüísticos como francés, italiano, catalán, portugués, etc. La segunda parte es, si cabe, más interesante, porque la raíz indoeuropea que lleva en sus entrañas significa "más allá".
Hay una copla que define muy bien la ateridad (y algunos de los conflictos que conlleva): "te vas a casar -se duele creo que El Fary, o tal vez Los Chunguitos, todos ellos- con otro, con otro que no soy yo". Viene a ser lo mismo que reseña Joan Corominas en su Diccionario etimológico de la Lengua Castellana: que "otro" viene del latín "alter", que dignifica "el otro, entre dos". Desde el punto de vista del sujeto de la frase, de quien tiene la palabra, ése es el "más allá" que constituye el otro y el quid de la cuestión: que no soy yo".
Pues bien, la forma como percibimos ese "más allá" personal es parte esencial de la identidad colectiva. Aunque no seamos conscientes de ello, pero ya dice con mucha sensatez René Char, poeta de la Resistencia francesa (la resistencia, ¡qué virtud ciudadana!) que "las palabras saben de nosotros lo que nosotros ignoramos de ellas".
Extraído de un folleto de Alandar 41 "El mundo es un patio" Ciudadanía de hoy en día. Araceli Caballero.
Comentarios
Por externocleidomastoideo mejor ni pregunto.... :O