Leyendo Salidas de emergencia he recordado mi primera experiencia sexual. Experiencia que bonito suena, cuando el sexo era experimentar, cuando no habías probado muchas cosas y todo era un reto. Ahora sólo tienes esa sensación la primera vez con alguien nuevo, luego todo parece lo mismo. Yo era terriblemente mogijata, de colegio de monjas, en mi casa jamás se hablaba del tema, y por supuesto jamás había visto una polla. Mi padre era el único hombre en casa y jamás le ví desnudo, ni por casualidad. La primera vez que realmente vi una polla fue en una revista porno, una fotonovela, me pareció realmente asqueroso, encima tuve que disimular y hacer como que me gustaba porque me la enseñó (he tenido que ir a consultarle a la niña si era la enseñó o le enseñó, porque en Madrid somos todos laistas) una amiga del colegio y yo no quería quedar como una niña pequeña, tendría 14 o 15 años. Esa experiencia fue tan mala que luego no quería ver ninguna, me repugnaba. Me costó mucho superarlo. Sigue...
Comentarios
Yo lloro con facilidad y por las cosas más nimias, pero creo que sigo siendo fuerte. A veces las lágrimas tambien nos curten...
Un abrazo guapa
el dolor se tiene que sentir y llorar, asi se mitiga. sobre todo ese tipo de dolor.
y una mierda el ser fuerte. Ser fuerte no es reprimir la lagrima, ser fuerte es sobreponerse al dolor pero eso solo lo da el tiempo. aun es pronto.
animos.
Lo único, mi simpática amiga, es que la palabra "froto" es muy fea y poco sensible, todo lo contrario a usted. Creo que el verbo frotar es indigno y expresa de forma más vulgar lo mismo que "refocilar" -de índole inequívocamente sexual- hace de una forma galante. Ese frotar se me escapa del universo ligado al verbo "llorar" que usted eligió como protagonista. No lo sé, estoy evadiendo. Sólo no se frote los ojos ¿Me entendió?
Un afectuoso saludo (también me ha encantado el post sobre la lluvia).