LLUEVE
Mejor dicho diluvia. Los canalones están rebosantes y suena mucho, muchísimo. A través de la ventana abierta veo la lluvia. Limpia todo, huele bien. Es molesta, produce atascos, inundaciones, te mojas sin paraguas, pero la adoro.
No entiendo que hago viviendo en un sitio donde llueve tan poco. Me contaba el otro día una amiga que había estado en Viena y había llovido todo el tiempo y la gente que iba con ella decía que Viena era horrible, por eso, por el tiempo. Sé que me hubiera encantado Viena.
Como me gusta Santander y esa lluvia que no moja, que casi no molesta pero te acaba calando. Aquí llueve así, a mares, si no no llueve, son tormentas de verano que se adelantan en esta primavera. Llueve y me pone de buen humor.
Comentarios
Mmmmm, Viena, sera cuestion de visitarla ahora que ya hace calorcito, no?
Nka que más quisiera yo que poderme ir a Viena.
Claro que Simone Weil era una persona tan maravillosamente genial como tú. Pero la mayoría de la gente no da para tanto.
A mí me gusta la lluvia. Paul Verlaine escribió unos versos que dicen:
O bruit doux de la pluie,
par terre et sur les toits,
pour un coeur qui s'ennuie,
ô le chant de la pluie.
Más tarde un tal Christian Legros les puso una melodía y los convirtió en un hermoso canon que he cantado y he dirigido en varias ocasiones.
Quienes lo cantan en catalán lo traducen así:
Quin dolç cant
tot plovent
per terra i el teulat,
per un cor
enyorat,
la pluja quin dolç cant.
No es lo mismo que en francés, claro, pero ya se sabe...
Bueno, mejor cantarlo en francés y gozar de la lluvia.
¡Oh murmullo dulce de la lluvia,
por tierra y sobre los tejados!
Para un corazón que languidece,
¡oh el canto de la lluvia!
Pero claro, así no se puede cantar porque se ha roto el ritmo métrico, de modo que hay que hacer chapuzas. Por eso digo que es mejor cantarlo en francés.