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Mostrando entradas de diciembre, 2007

Volver al pasado

Estoy pensando en cambiarle otra vez el nombre al Blog al Ojalá pase algo porque no pasa nada ni yo hago que pase nada. Con esta actitud parece que debo esperar algo de fuera. Sería más positivo poner Voy a hacer que pase algo que fue el segundo título del blog, pero en este no me reconozco ahora. No hago que pase nada. Se me ocurren algunas cosas que podría hacer pero las descarto enseguida, prefiero seguir en la apatía. No me gusta ir para atrás, sé que no es bueno, pero en estos momentos estoy otra vez en ese momento, en el de esperar que algo de fuera me haga despertar.

Navidades

No recuerdo una feliz.

Cambio de vida

Me acuesto a las 4 de la mañana, me levanto a las 2 de la tarde, no estudio, no leo, no veo películas. Me he convertido en la estudiante típica. Solo me falta salir de juerga por las noches, eso no lo hago. Llevo ya tanto tiempo de baja que no he podido evitarlo. Me siento culpable. Quizás mañana se acabe, aunque me extrañaría, teniendo en cuenta las fechas, seguramente seguiré hasta el 14 de enero, por lo menos, de baja. Estoy resignada, como dicen en casa, ya no pongo reclamaciones en todos lados, ya no tengo ganas de pelearme con nadie, me han ganado. Me decía una compañera que a ver si salía Virginia de dentro de mi cuerpo, que dónde me había ido porque no me reconocía. El año pasado les daba ejemplo a ellas, ahora ellas tienen que tirar de mí, se están portando fenomenal, no sé qué haría sin Ascen y sin Nela, lo habría dejado ya. A veces me pasa la idea por la cabeza, dejar de estudiar, por aquello de dejarlo todo.

Mentiras

Otra vez me he descubierto mintiendo, por una nimiedad, por no decirle al padre de María que se fue este finde pero no me sale bien. Ha quedado la conversación forzada. No sé mentir ni sabré nunca y lo tengo que hacer, lo llevo mal. No me acuerdo de qué he dicho si no es la verdad. Me lío y si me pillan mintiendo me pongo colorada, no sé salir del paso.

Las amigas me arrastran

Si no fuera por ellas no saldría de casa. El viernes me llamó una, nos tomamos algo y ví la decoración de Navidad de Alcalá que todavía no había tenido el gusto. Me lio de mala manera para ir a Madrid al día siguiente y estuvimos de exposiciones, casi vamos a 3, hubo suerte y el arqueológico estaba cerrado por la tarde. Primero fuimos al Conde Duque a ver la de Pompeya y Herculano, para mi gusto demasiado políticamente correcta, lo que más me gustó fue una proyección que había sobre la erupción del Vesubio en el año 44, porque el resto ponía copia de no sé qué, copia de no sé cuantos y desilusionaba un poco. Comimos como leonas en un restaurante gallego y nos fuimos por la tarde a la Fundación Mapfre a ver la exposición de Camille Claudel, ya había visto otra antes de Rodin y se parecía mucho. La historia de Camille es tan triste que salimos muy depres de allí y decidimos ir a ver la de los Etruscos pero no pudimos. En todo el puente es lo que puedo contar que haya hecho porque aparte

Aida de Verdi

El miércoles fui a ver esta ópera, me encantó, a pesar de durar 4 horas por los malditos intermedios de 20 minutos entre los 4 actos. Estuvieron muy pesados con los aplausos, aplaudían cada acto y salían a saludar todos, se hizo más larga aún por eso. Acabó a las 12 de la noche, pero yo por lo menos estaba encantada. Me iba imaginando el argumento según discurría pero nunca me imaginé el final y me gustó. Me gustan las cosas que acaban mal, los libros, las pelis. Por eso será que me gustan las óperas. No cuento el argumento por si alguien no la conoce, merece la pena verse sin que se lo fastidien. Me contaron que entre el coro estaba la Sonso, la mujer del presidente, pero no fui capaz de distinguirla, había muchísima gente. No sé cuando toca otra ópera, pero la espero con muchas ganas.