Aquí estoy de nuevo

Hace mucho que no tenía ganas de actualizar el blog, cuando alguien me ha pinchado me he sentido en la obligación pero en realidad no tenía nada que contar.

Hoy ya no sé qué más hacer, he ido hasta al cine y finalmente me queda esto. Mi forma de expresión, mi blog, yo.

He pensado en abrir otro, uno con otro nick, de forma que nadie lo leyera, que no pusiera nada de mis datos personales, que fuera mucho más anónimo que este, pero tampoco lo he hecho.


Escribo para mí, y me da vergüenza que lo lean. Tengo muy pocas cosas escritas en papel porque siempre llegaba un día en que las volvía a releer, me horrorizaban y las rompía.

Con el blog no he hecho eso, pocas veces lo he releído y así no he borrado casi nada.

Mi vocabulario no me sirve para expresar lo que quiero decir, pero no soy de las que van al diccionario para que quede más bonito. Como mucho si veo que hay palabras muy muy repetidas entonces trato de cambiarlas por sinónimos.

Tengo una amiga con la que estuve escribiendo noticias para la radio cuando teníamos 18 años que cambiaba todas las palabras, las comas, me desesperaba, se tiraba una hora para un párrafo. Yo todo esto lo he escrito del tirón.

Lo más importante es que no quiero sentirme presionada a contar algo importante, o divertido o interesante, no quiero que el blog me quite la libertad de escribir como a mí me gusta, a la buena de Dios, sin prisa pero sin pausa.

Porque esta es mi manera, impulsiva, provocadora, mala, lo sé, pero mia.

Nunca somos libres, siempre los demás nos juzgan, yo intento serlo lo máximo que puedo y aún así me siento a veces cohartada. Me da pena abandonar esto, es el trabajo de muchos años, seguiré, cuando me apetezca, cuando quiera, como hoy.