MI AMIGA ROSA MARIA
Cuando llegamos a Madrid mi madre nos metió en un colegio pijo, pero una cosa exagerada, estaba en Canillejas, se llamaba Amor de Dios. No teníamos un duro pero ella erre que erre en el colegio no quería ahorrar nada. Pero no me compró el uniforme y tuvimos que aprender a ir en autobús y metro al cole porque no podían pagar la ruta.
Cada vez teníamos menos dinero, no sé cuántos años estuvimos en el colegio pero no debieron ser ni tres. Me hice una amiga, era muy rica como todas, pero normal, nos escapábamos del cole, ella tenía dinero y nos comprábamos helados, yo llevaba los tebeos. Las dos teníamos un hermana pequeña que nos traía fritas. Su casa me parecía una locura de grande y bonita la mía era un cuartucho, un apartamento con cocina americana donde vivíamos los cuatro. Ella no me hacía sentir inferior por tener menos pasta, era muy sencilla. Como nos quedábamos a comer a veces hacíamos picnics muy cerquita del colegio, salíamos por la puerta trasera y nos comíamos un bocata debajo de unos árboles, nos sentíamos tan libres e independientes. Aunque me sacaron del colegio seguimos manteniendo la amistad mucho tiempo, quedábamos los domingos e íbamos al cine y a comer tortitas en una cafetería, cargando con nuestras hermanas. Incluso viviendo en Alcalá quedaba con ella pero al final nos perdimos la pista.
Tendría 10 años o así pero ya sabía lo importante que era el dinero. Cogía a mi hermana todas las mañanas nos íbamos hasta el metro y llegábamos a la Cruz de los Caídos, antes se llamaba así, y allí cogíamos el autobús hasta Canillejas. El madrugón era considerable.
Una vez iba tan dormida que de pronto pensé que me había equivocado de dirección en el metro, me bajé del vagón y mi hermana se quedó dentro, me puse a gritar y alguien paró el tren, pero no abrieron las puertas así que quedé con mi hermana en la siguiente estación, pasé un rato horrible, menudo miedo de perderla, cuando por fin la vi en la siguiente estación respiré y encima no me había equivocado, usamos tres trenes aquel día para llegar.
Me acuerdo de las cuentas que me tocó hacer para ver si era más barato ir así o en la ruta, esas cosas me encargaban mis padres.
Cada vez teníamos menos dinero, no sé cuántos años estuvimos en el colegio pero no debieron ser ni tres. Me hice una amiga, era muy rica como todas, pero normal, nos escapábamos del cole, ella tenía dinero y nos comprábamos helados, yo llevaba los tebeos. Las dos teníamos un hermana pequeña que nos traía fritas. Su casa me parecía una locura de grande y bonita la mía era un cuartucho, un apartamento con cocina americana donde vivíamos los cuatro. Ella no me hacía sentir inferior por tener menos pasta, era muy sencilla. Como nos quedábamos a comer a veces hacíamos picnics muy cerquita del colegio, salíamos por la puerta trasera y nos comíamos un bocata debajo de unos árboles, nos sentíamos tan libres e independientes. Aunque me sacaron del colegio seguimos manteniendo la amistad mucho tiempo, quedábamos los domingos e íbamos al cine y a comer tortitas en una cafetería, cargando con nuestras hermanas. Incluso viviendo en Alcalá quedaba con ella pero al final nos perdimos la pista.
Tendría 10 años o así pero ya sabía lo importante que era el dinero. Cogía a mi hermana todas las mañanas nos íbamos hasta el metro y llegábamos a la Cruz de los Caídos, antes se llamaba así, y allí cogíamos el autobús hasta Canillejas. El madrugón era considerable.
Una vez iba tan dormida que de pronto pensé que me había equivocado de dirección en el metro, me bajé del vagón y mi hermana se quedó dentro, me puse a gritar y alguien paró el tren, pero no abrieron las puertas así que quedé con mi hermana en la siguiente estación, pasé un rato horrible, menudo miedo de perderla, cuando por fin la vi en la siguiente estación respiré y encima no me había equivocado, usamos tres trenes aquel día para llegar.
Me acuerdo de las cuentas que me tocó hacer para ver si era más barato ir así o en la ruta, esas cosas me encargaban mis padres.
Comentarios
¿Perdiste toda pista de aquella amiga? ¿No te dió nunca por localizarla y veros después de tantos años?
Salu2
A veces es difícil recuperar el contacto, a mí me pasa con una amiga a la que quiero realmente, la pierdo y de repente un par de años después por casualidad ahí aparece de nuevo su pista.
Claro, que cuando ella está mal su madre siempre me llama a mí, y eso también ayuda ;-)
Preciosa, tejedora de sueños.