Julio ¡Qué miedo!
Ha llegado el verano definitivamente, aunque no he sacado aún el aire acondicionado estoy por hacerlo y me echo a temblar. Esta época del año la odio con todas mis fuerzas. El calor me aplatana, siento que no puedo ni respirar, me quedo sin aire. Cuando estaba embarazada se me bajaba tanto la tensión que me desmayaba e iba siempre en el bolso con medicinas para subírmela.
El primer verano en Madrid lo pasé entero en la cama, sudando como un pollo y pidiéndole a mis padres que nos volvieramos a Barcelona. No soporto este clima. 9 meses de invierno y 3 de infierno. No me puedo quejar, lo sé, ya estamos en Julio, como mucho queda mes y medio de calor horroroso, esto ha sido un respiro. He conseguido terminar los exámenes sin deshidratarme. Pero si pudiera despertarme y que fuera ya 10 de agosto no sabéis lo que lo agradecería. Me iría de vacaciones y listo. No me importa madrugar, hace algo de fresquito, pero volver a las 2 de la tarde es terrible, con la solana. Ya no tengo que volver por la tarde a trabajar y trabajo una hora menos y aún así se me hace eterna la mañana por el maldito calor. Cuando lleguemos a 40 grados no sé qué contaré aquí. No soy de este clima, soy de Santander, me quejo mucho, pero mi cuerpo no se acostumbra, llevo aquí 31 años, 31 veranos y es lo mismo. Me da diarrea, me deshidrato, me pongo mala y no valgo para nada, sólo para estar tirada en el sofá con el aire acondicionado en la cara. No puedo salir ni a comprar. ¡¡¡¡Socorro que llega!!!
El primer verano en Madrid lo pasé entero en la cama, sudando como un pollo y pidiéndole a mis padres que nos volvieramos a Barcelona. No soporto este clima. 9 meses de invierno y 3 de infierno. No me puedo quejar, lo sé, ya estamos en Julio, como mucho queda mes y medio de calor horroroso, esto ha sido un respiro. He conseguido terminar los exámenes sin deshidratarme. Pero si pudiera despertarme y que fuera ya 10 de agosto no sabéis lo que lo agradecería. Me iría de vacaciones y listo. No me importa madrugar, hace algo de fresquito, pero volver a las 2 de la tarde es terrible, con la solana. Ya no tengo que volver por la tarde a trabajar y trabajo una hora menos y aún así se me hace eterna la mañana por el maldito calor. Cuando lleguemos a 40 grados no sé qué contaré aquí. No soy de este clima, soy de Santander, me quejo mucho, pero mi cuerpo no se acostumbra, llevo aquí 31 años, 31 veranos y es lo mismo. Me da diarrea, me deshidrato, me pongo mala y no valgo para nada, sólo para estar tirada en el sofá con el aire acondicionado en la cara. No puedo salir ni a comprar. ¡¡¡¡Socorro que llega!!!
Comentarios
Agua de limón, de verdad que funciona.