LA CONSTI Y EL VATICANO II
Hoy cumple años la Consti y el día ocho el Concilio Vaticano II. Me parecen dos cosas comparables porque, como todo en esta vida, son ideas, estupendas, y que al final no se llevan a cabo. El mundo de las Ideas como decía Platón es ideal, por eso adoro las matemáticas, son sólo ideas y por lo tanto perfectas.
La Consti ha hecho mucho por nosotros pero se ha quedado corta, el Vaticano II quiso hacer algo y ni siquiera le dejaron. En el mundo de las ideas la que más me gusta es la anarquista, porque como idea me parece la mejor. Pero luego está el mundo real, en el que las ideas no valen. Los triángulos no son perfectos y no se puede calcular nunca realmente la hipotenusa, nuestras reglas no valen, nuestros metros no tienen las suficientes subdivisiones. Pues lo mismo con la Consti, la anarquía, y el Concilio Vaticano II.
Nosotros vivimos hoy por eso no sabemos lo que fue aquel 6 de diciembre de 1978, yo tenía catorce años, me bebía las sesiones del Congreso, eran tan divertidas, me plantaba frente a la tele y no me perdía una. La esperanza que teníamos entonces en que nuestro país podía cambiar. Y cambió y mucho. Pero no lo suficiente.
Ayer me decía María que para ser ministro hay que tener una carrera, y no es verdad, no se ha leído la Consti, como casi todos. Yo sí, me la leí y me la estudié en el 89 por eso aprobé la oposición. No me acuerdo de todo pero sí de lo fundamental, que queremos vivir en paz, que queremos trabajo y vivienda para todos, que queremos sanidad y educación. Pero se ha quedado en eso en querer.
La tengo cariño yo a la Consti, aunque no quiero decir con esto que no haya que cambiarla, es como una casa, cuando el tejado tiene goteras hay que reformar. No creo que sea necesario tirar la casa entera bastará con algún remiendo.
La Consti ha hecho mucho por nosotros pero se ha quedado corta, el Vaticano II quiso hacer algo y ni siquiera le dejaron. En el mundo de las ideas la que más me gusta es la anarquista, porque como idea me parece la mejor. Pero luego está el mundo real, en el que las ideas no valen. Los triángulos no son perfectos y no se puede calcular nunca realmente la hipotenusa, nuestras reglas no valen, nuestros metros no tienen las suficientes subdivisiones. Pues lo mismo con la Consti, la anarquía, y el Concilio Vaticano II.
Nosotros vivimos hoy por eso no sabemos lo que fue aquel 6 de diciembre de 1978, yo tenía catorce años, me bebía las sesiones del Congreso, eran tan divertidas, me plantaba frente a la tele y no me perdía una. La esperanza que teníamos entonces en que nuestro país podía cambiar. Y cambió y mucho. Pero no lo suficiente.
Ayer me decía María que para ser ministro hay que tener una carrera, y no es verdad, no se ha leído la Consti, como casi todos. Yo sí, me la leí y me la estudié en el 89 por eso aprobé la oposición. No me acuerdo de todo pero sí de lo fundamental, que queremos vivir en paz, que queremos trabajo y vivienda para todos, que queremos sanidad y educación. Pero se ha quedado en eso en querer.
La tengo cariño yo a la Consti, aunque no quiero decir con esto que no haya que cambiarla, es como una casa, cuando el tejado tiene goteras hay que reformar. No creo que sea necesario tirar la casa entera bastará con algún remiendo.
Comentarios
Sería como salir con un novio que te promete amor y fidelidad, escribiéndote poemas cada día, enviándote flores... y no deja de ponerte los cuernos. Qué tontería..
FUERA LA CONSTITUCIÓN DE JUGUETE ESA. QUEREMOS UNA SÓLIDA, SOLIDARIA Y ECUÁNIME, QUE GARANTICE LO QUE OFRECE, QUE NO SE QUEDE EN TEORÍA HERMOSA.