ABURRIMIENTO
Por fin, por fin ha llegado, pensé que metida en la voragine de este otoño y este invierno nunca me iba a aburrir, pero aquí está, el terrible aburrimiento.
O no es terrible, es bueno para la mente, llega un momento en que ni un libro, ni una peli, ni los blogs, ni los amigos, nada te puede salvar de encontrarte sólo contigo mismo. Solo con el aburrimiento. Quiero huir, lo reconozco, me da miedo, enfrentarme con mis demonios, con mis miedos. Reflexionar. Dejar de absorber información, dejar de atontarme con la distraciones y encontrarme aquí.
Me pongo a limpiar, cualquier cosa es preferible, hasta lo que más odio, a la inactividad, a no hacer nada y tener que pensar.
Pensar en el futuro, en mañana, en pasado. Pensar en las obras de casa, en el dinero. Pensar en todo y en nada. Los días no volverán, siempre pienso eso, hoy es cuando tengo que disfrutar porque mañana no existe, pero ¿disfruto así? Sola, pensando, tranquila en casa. Sin nada que hacer. No, no disfruto, me da miedo.
Pero hoy toca, hoy toca pensar. He estado una hora y pico hablando con Sonia por teléfono, por eso mismo, por miedo a pensar. Pero ya no puedo gastar más, no puedo llamar a nadie más. Estoy sin blanca, ya no puedo acabar el baño, no me queda dinero para comprar la mampara. He vuelto a reducir el presupuesto, pero aún así no creo que este mes consiga llegar ni siquiera al día 15.
No había vuelto a mirar el dinero del banco, me daba miedo haber tirado la casa por la ventana en estos días tan terribles, pero me he controlado bastante, aunque claro no lo suficiente.
He comprado unas gafas de sol graduadas, que no sé con qué dinero voy a pagar. Porque el dinero no se reproduce, tiene esa mala costumbre.
Cuando pienso siempre acabo pensando en euros, esto no puede ser, mi mente tan matemática se va a lo práctico. Porque claro puedo ponerme a pensar en lo bien que estaría yo en Berlín a final de mes que se va un montón de gente que conozco, pero los datos son los que son y va a ser que no voy a poder ir.
O también podía pensar en matricularme otra vez de la carrera, pero no puedo pagar las tasas. No todo en esta vida es dinero, es verdad, pero luego en la práctica no puedes hacer muchas cosas sin él.
O no es terrible, es bueno para la mente, llega un momento en que ni un libro, ni una peli, ni los blogs, ni los amigos, nada te puede salvar de encontrarte sólo contigo mismo. Solo con el aburrimiento. Quiero huir, lo reconozco, me da miedo, enfrentarme con mis demonios, con mis miedos. Reflexionar. Dejar de absorber información, dejar de atontarme con la distraciones y encontrarme aquí.
Me pongo a limpiar, cualquier cosa es preferible, hasta lo que más odio, a la inactividad, a no hacer nada y tener que pensar.
Pensar en el futuro, en mañana, en pasado. Pensar en las obras de casa, en el dinero. Pensar en todo y en nada. Los días no volverán, siempre pienso eso, hoy es cuando tengo que disfrutar porque mañana no existe, pero ¿disfruto así? Sola, pensando, tranquila en casa. Sin nada que hacer. No, no disfruto, me da miedo.
Pero hoy toca, hoy toca pensar. He estado una hora y pico hablando con Sonia por teléfono, por eso mismo, por miedo a pensar. Pero ya no puedo gastar más, no puedo llamar a nadie más. Estoy sin blanca, ya no puedo acabar el baño, no me queda dinero para comprar la mampara. He vuelto a reducir el presupuesto, pero aún así no creo que este mes consiga llegar ni siquiera al día 15.
No había vuelto a mirar el dinero del banco, me daba miedo haber tirado la casa por la ventana en estos días tan terribles, pero me he controlado bastante, aunque claro no lo suficiente.
He comprado unas gafas de sol graduadas, que no sé con qué dinero voy a pagar. Porque el dinero no se reproduce, tiene esa mala costumbre.
Cuando pienso siempre acabo pensando en euros, esto no puede ser, mi mente tan matemática se va a lo práctico. Porque claro puedo ponerme a pensar en lo bien que estaría yo en Berlín a final de mes que se va un montón de gente que conozco, pero los datos son los que son y va a ser que no voy a poder ir.
O también podía pensar en matricularme otra vez de la carrera, pero no puedo pagar las tasas. No todo en esta vida es dinero, es verdad, pero luego en la práctica no puedes hacer muchas cosas sin él.
Comentarios
Respecto al aburrimiento, afortunadamente siempre me ha resultado sencillo entretenerme. Con una mosca mismo, como se suele decir. En ese aspecto he tenido suerte conmigo pispo. :D
En fin... hoy es día 8, así que las navidades ya son historia :PP. Eso sí, el adorno-enredadera con luces que recorre el perímetro del mueble bar del salón se quedará ahí otro año enterito, como el año pasado. Qué pereza me da quitarlo... como va todo enredado... Que no, que ahí se queda.
:O
Y el arbolito, veremos... Si molesta lo acabaré guardando. El año pasado lo quité en junio :PPP
Yo no pongo adornos, tengo un belén chiquitin que me regalaron y está siempre de adorno en el salón. Cuando llega Navidad lo coloco más visible y con las felicitaciones alrededor. La historia de mi anterior belén es muy triste. El último se lo llevo mi ex y todavía nos duele esa pérdida, porque lo habíamos hecho a mano, era una parada de autobus de plastilina. En fin mejor olvidar.
Ayy!! el vil metal, nos venden que no da la felicidad y puede que sea cierto, pero ayuda bastante ¿no?.
Y yo, igual que Monocammy, me entretengo sola así que...
Un abrazo y arriba ese ánimo ¿vale?
Al final estuve más o menos entretenida, la tele es estupenda para estas cosas, vino una amiga a casa, en fin, paso el finde.