TIOS
Llevo todo el día haciendo una lista de gente importante, con la que he fantaseado en algún momento de mi vida, me salen 22, porque no me acuerdo de más. Solo hay un nombre repetido. Tengo muy mala memoria, lo guardaré y lo iré ampliando a ver si me acuerdo de más. Mucha gente ha pasado por mi vida, si me pongo a recordar amigas no pararía nunca, de muchas tampoco recuerdo el nombre.
El primero, que a fin de cuentas es el más importante se llamaba Carlos Tomás, hace muchos años que no le veo, me gustaría volver a encontrarmelo. La última vez que le ví fue en la plaza de las cadenas, yo llevaba a María en un carrito y se cruzó conmigo y ni la miró. Me odiaba mucho pero espero que 18 años después se le haya pasado.
Seguramente no le reconocería si me lo encontrara. Todos los 10 julio, el día de su cumpleaños hago el esfuerzo de buscarle. Miro en RENFE, miro en Guadalajara, busco sus apellidos en la guía telefónica, pero nada, no doy con él.
Estuve 5 años con él, me enseñó muchas cosas, me descubrió el sexo, la música, la poesía, las canciones, el compromiso militante. Intentaba parecerse al Che, no lo conseguía. No tengo ni una sola fotografía suya, se las devolví todas, pero está en mi mente igual que hace 20 años.
Comentarios
A ver qué calculo yo con cuántas he fantaseado... pérame, voy a abrir la calculadora de windows :P vaya... sólo caben diez dígitos. :O
Y bueno, sobre lo de buscarlo... alguna opción más tienes. Prueba a poner su nombre en el google. Yo encontré así a una exnovia, porque aparecía su nombre listado en una recopilación de aprobados para no sé qué oposiciones a no sé qué ministerio. Así, de rebote. No venían datos personales, excepto el DNI, para identificarla frente a otros aprobados, pero ya es algo... Ahí andaba.
Y si realmente estás interesada, no olvides mirar en un registro de defunciones, por si acaso hubiera fallecido. No quisiera que sonara crudo esto, te lo digo con todo el deseo de que todavía siga por aquí ;) (aunque estar "allí" seguro que no tiene desperdicio, ya veremos...). Pero sí resultaría frustrante que continuaras buscándolo durante años hasta enterarte de que buscabas en vano ¿entiendes? pues así es como quiero que lo entiendas. Para eliminar opciones.
:)
El tiempo olvida enfados y reproches... si quieres, puedes. Venga...ánimo. El no ya lo tienes, así que...
Aunque, quizás las fantasias esten mejor en el rincón de los sueños, porque puede que, si la hacemos realidad, sea decepcionante.
¿Cómo puedes recordar la cantidad de fantasias? ¿Sólo veintidos? ;-)
Besos.
Tienes razón Mariose lo peor es que se cumpla lo que ansías, en el fondo es mejor vivir en sueños y tener fantasías porque la realidad suele ensuciar todo.
Pues sí solo 22 bueno recordando me sale alguno más 24 como mucho. Pero solo he puesto con los que alguna vez he querido tener algo estable, no todos, soy incapaz de recordar a todos, son demasiados, jajajaj.
MTI Ana Victoria Castillero Ley
En el mundo sexual, tanto hombres como mujeres tienen necesidades similares, y por supuesto, también ello sueñan con fantasías sexuales.
Siempre se supo que los hombres tenían una imaginación erótica desaforada. Se les ha considerado tradicionalmente tan fuertemente sexuados que se admitía como natural que fantasearan, aunque no se considerase siempre enteramente limpio que se imaginaran cosas guarras.
Durante las fantasías, la imaginación se dispara y prepara situaciones, más o menos reales, que, habitualmente, la persona no se atrevería a hacer verdaderamente en su vida cotidiana. Es ese componente ficticio lo que hace atractivo algo que en la práctica puede no serlo para el sujeto.
En el modo de fantasear influye notablemente el distinto modo en el que son socializados sexualmente los hombres y las mujeres. Ellos siempre tienden a fantasear situaciones en las que son los actores que hacen las cosas; mientras que las mujeres se imaginan siendo las receptoras de las cosas que le hacen otros.
Hombres y mujeres fantasean por igual
Precisamente por eso, una variante muy excitante para ambos sexos es cambiar los roles e imaginarse ellos, que les hacen cosas, y ellas, que las hacen.
Las fantasías homosexuales, que formarían parte de ese cambio de roles, son menos comunes entre los hombres que entre las mujeres por su fuerte socialización homófoba.
Un número de hombres similar al de mujeres (71%) fantasean durante el coito. En tales ocasiones, el objeto de la fantasía suele ser la propia pareja situada en un contexto erótico diferente o, más comúnmente, otra mujer.
La masturbación es el mejor momento para la fantasía
Con todo, las fantasías sexuales durante la cópula suelen ser más esporádicas que las acontecidas durante las ensoñaciones diurnas o, más frecuentemente, durante la masturbación.
La masturbación es el mejor momento para la fantasía, ya que el hombre se encuentra a solas consigo mismo en un momento de intimidad que nuestra sociedad no nos concede con prodigalidad.
Durante las ensoñaciones diurnas (soñar despiertos) se desarrollan las fantasías más elaboradas, con mayor número de elementos ambientales, lugares exóticos y enredos con algún tipo de argumento por simple que parezca.
Los acontecimientos de días pasados, los deseos largamente reprimidos, las situaciones temidas o irrealizables, son la principal fuente de inspiración para la elaboración de estas fantasías; donde la pareja, sobre todo, o alguna desconocida son las protagonistas.
Los hombres son menos propensos a elaborar historias complejas que las mujeres. Son más directos. Pero también les gustan los exotismos y los argumentos simples. Hombres y mujeres fantasean con sus parejas, durante la masturbación, en proporciones aproximadamente iguales: 75% ellos y 80% ellas. Pero sí que se encuentran diferencias en otros aspectos del fantasear masculino.
Fantasías más frecuentes de los hombres
Las 6 fantasía + comunes de los hombres
Las fantasías más comunes entre los hombres, además de las historias que se montan con sus parejas, son, por orden de frecuencia:
Realizar prácticas sexuales con personas extrañas. Casi la mitad de los hombres (47%) fantasean de ese modo; con conocidas y con desconocidas. La variedad parece que forma parte de las necesidades sexuales íntimas de los hombres, sobre todo de los más jóvenes, y las reflejan en sus fantasías.
La fantasía que le sigue es la de tener relaciones sexuales con varias mujeres a la vez. Un hombre de cada tres (33%) fantasea de este modo. Le pasa siempre a los más jóvenes de ambos sexos.
Un 19% de los hombres fantasean con actividades sexuales y situaciones en las que jamás se comprometerían en la vida real. Al contrario que las mujeres, que tienen más fantasías de ese tipo (un 28%). Quizás a los hombres les cueste esfuerzo pensar que existen actividades sexuales que serían incapaces de realizar.
Le sigue la fantasía de obligar a una mujer a tener sexo. Un 13% de hombres tiene esta fantasía promovidos, probablemente, por el tipo de condicionamiento cultural masculino recibido, que les obliga a ser hacedores, agentes activos en toda relación sexual, consentida o no. Atención: se trata de fantasías. De cosas que se imaginan sabiendo que se encuentran en un mundo irreal. Sería tan injusto suponer que estos hombres son violadores en potencia, como conjeturar que las mujeres que fantasean con ser obligadas a tener sexo son potencialmente provocadoras de violaciones.
Quizás por ese condicionamiento cultural de hacedores sexuales, un porcentaje de hombres relativamente pequeño (10%), en cualquier caso menor que el de mujeres, fantasean con la idea de ser forzados a mantener relaciones sexuales. Esta fantasía la tienen los más jóvenes de ambos sexos. Los de más edad, tienden a abandonar esta fantasía, como si la experiencia hiciera la idea menos atractiva.
Finalmente, sólo un 7% de los hombres fantasea con tener relaciones sexuales con miembros del propio sexo. La homosexualidad, aún en términos imaginarios, parece ser algo inquietante para los hombres. El mismo tipo de homofobia que impide a muchos de ellos aceptar y disfrutar caricias sexuales en el ano, aunque se las proporcionen sus parejas femeninas. Se trata de un condicionamiento cultural que implica tanto a hombre como a mujeres. Recuérdese que tanto unos como otras aún emplean alguna que otra vez la voz marica como un insulto contra el sexo masculino.