Son las 10,15 y tengo ya la comida hecha, soy la leche, hay lentejas para un batallón si alguien quiere está invitado. Están de buenas. Las hago muy suavecitas, tienen mucho sabor pero poca grasa como le gustan a mi niña.
Comentarios
Anónimo ha dicho que…
Oh por Dios, las lentejas son mi comida favorita, curiosamente y ridículamente pero si, lo son...
:)
Provecho con la comidita... Si estuviera cerca, tal vez aceptaría la invitación...
Estudiando una aprende. En este tema de sistemas operativos me he dado cuenta de que hago muchas cosas a la vez. El tema apuesta por hacer cada proceso uno detrás de otro. No sé si cuando veamos multiprogramación la visión del asunto cambiará. Pero me gusta la idea: analizas lo que tienes que hacer, los recursos de que dispones y los que vas a necesitar y planificas qué proceso hacer antes. En mi vida no hago eso, voy a trancas y barrancas, todo a la vez, o nada, porque llega un momento en que me saturo. Bueno para los que no sois de informática el abrazo mortal es que un proceso necesite un recurso que esté usando en ese momento otro proceso y este a su vez necesite un recurso del proceso anterior y se quedan todos paralizados.
Leyendo Salidas de emergencia he recordado mi primera experiencia sexual. Experiencia que bonito suena, cuando el sexo era experimentar, cuando no habías probado muchas cosas y todo era un reto. Ahora sólo tienes esa sensación la primera vez con alguien nuevo, luego todo parece lo mismo. Yo era terriblemente mogijata, de colegio de monjas, en mi casa jamás se hablaba del tema, y por supuesto jamás había visto una polla. Mi padre era el único hombre en casa y jamás le ví desnudo, ni por casualidad. La primera vez que realmente vi una polla fue en una revista porno, una fotonovela, me pareció realmente asqueroso, encima tuve que disimular y hacer como que me gustaba porque me la enseñó (he tenido que ir a consultarle a la niña si era la enseñó o le enseñó, porque en Madrid somos todos laistas) una amiga del colegio y yo no quería quedar como una niña pequeña, tendría 14 o 15 años. Esa experiencia fue tan mala que luego no quería ver ninguna, me repugnaba. Me costó mucho superarlo. Sigue...
Alguien camina sobre tu tumba de Mariana Enriquez A corazón abierto de Elvira Lindo La desgracia de ser griego de Niko Dimou Etimologías para sobrevivir al caos de Andrea Marcolongo La medida de los heroes de Andrea Marcolongo Emprendadas de Oti Corona Bonet Capitalismo canalla de César Rendueles
Comentarios
:)
Provecho con la comidita... Si estuviera cerca, tal vez aceptaría la invitación...
Un saludo,
Julen