QUEDÁTELO

Mi primer novio tenía mucho éxito entre mis amigas, me pasaba la vida dejándole pero ninguna de ellas conseguía quitármelo, muchas me lo contaban y yo les decía: "Quedátelo, yo no lo quiero". Pero era un obsesivo, sólo me quería a mí. Nos teníamos que ver todos los días, me llamaba todos los días y me escribía montones de cartas todos los días. Yo estaba bastante harta. Era demasiado. Claro que también se gastaba todo su sueldo en mí, me compraba montones de cosas, celebrábamos dos días al mes todos los 14 y todos los 8, yo no le compraba nada a no ser que fuera su cumpleaños pero él no paraba de regalarme cosas. No me quería me adoraba. Estaba empeñado en que dejará de estudiar, decía que sólo lo hacía para no estar en mi casa, él quería casarse, me regaló tres anillos de compromiso y los perdí los tres, me ponía a jugar con ellos, me los quitaba y terminaba perdiéndolos. Yo no quería casarme y menos con él. No quise casarme hasta que mi hija se puso pesada con el por qué no os habéis casado. Antes nunca estuvo entre mis opciones.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Uhh... qué poco duraría yo con alguien así. No por mermeladoso, que se puede negociar para que disminuya en intensidad, sino por el afán de control, algo en lo que las negociaciones son mucho más complicadas...

;)

FUERA!!

:P
vitalidad ha dicho que…
Sí era un celoso imposible, a todas horas quería saber dónde estaba y sólo conseguía que yo me escapara cada vez más. Con lo rebelde que soy dio con la horma de su zapato.

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