¿DE QUÉ VAS?
Me pongo chula. Empiezo una pelea. No es mi estilo. Soy la cobarde que sale huyendo. Cuando veo esas cosas, alguien con tantas ganas de pelear, salgo por pies. Me da mucho miedo. Solo me peleaba con mi hermana de pequeña. Creo que con nadie más. Aunque no quiere decir que no sea violenta, lo soy y mucho con la lengua. Demasiado.
Me aterrorizo hasta de la tele. Ayer veíamos Rex y aparecían unas escenas terribles, y lo quité. Es que no puedo ni pensar siquiera en la violencia. Hoy me llegaban emails sobre la violencia entre los gays. ¡En qué cabeza cabe! Claro, se han casado, dirán los de siempre, pues ahora tienen los mismos problemas de los matrimonios. Pero es que no me entra. Sé que estoy cerrando los ojos ante algo que no comprendo, pero no puedo con ello.
No quiero que nadie me explique por qué dos adolescentes se tiran de los pelos en la puerta de un instituto, porque me has mirado mal. No es explicación suficiente.
Vivo en un remanso de paz, ese es el problema, si hubiera tenido un montón de hijos estarían peleándose entre sí y vería la violencia más a menudo. No lo sé. Pero hoy me da miedo poner la tele. No quiero que entre la violencia en mi casa.
Me decía María ayer que ella todo lo que sabía sobre delincuencia lo había visto en la tele, y yo lo pienso y me pasa igual. No tengo experiencia.
En algún bar sí he vivido situaciones tensas de esas, en las que un tio quiere pegar a otro, pero he salido corriendo.
Incluso hubo uno al que dejé por eso, casi nos pilla un coche al cruzar una calle y se puso a discutir a grito pelado con él, yo me retiré todo lo que pude. Luego le costó mucho calmarse. No volví a verle. No era proporcionado. Era un señor mayor. Él tenía razón. Habíamos cruzado por donde nos dió la gana.
Me aterrorizo hasta de la tele. Ayer veíamos Rex y aparecían unas escenas terribles, y lo quité. Es que no puedo ni pensar siquiera en la violencia. Hoy me llegaban emails sobre la violencia entre los gays. ¡En qué cabeza cabe! Claro, se han casado, dirán los de siempre, pues ahora tienen los mismos problemas de los matrimonios. Pero es que no me entra. Sé que estoy cerrando los ojos ante algo que no comprendo, pero no puedo con ello.
No quiero que nadie me explique por qué dos adolescentes se tiran de los pelos en la puerta de un instituto, porque me has mirado mal. No es explicación suficiente.
Vivo en un remanso de paz, ese es el problema, si hubiera tenido un montón de hijos estarían peleándose entre sí y vería la violencia más a menudo. No lo sé. Pero hoy me da miedo poner la tele. No quiero que entre la violencia en mi casa.
Me decía María ayer que ella todo lo que sabía sobre delincuencia lo había visto en la tele, y yo lo pienso y me pasa igual. No tengo experiencia.
En algún bar sí he vivido situaciones tensas de esas, en las que un tio quiere pegar a otro, pero he salido corriendo.
Incluso hubo uno al que dejé por eso, casi nos pilla un coche al cruzar una calle y se puso a discutir a grito pelado con él, yo me retiré todo lo que pude. Luego le costó mucho calmarse. No volví a verle. No era proporcionado. Era un señor mayor. Él tenía razón. Habíamos cruzado por donde nos dió la gana.
Comentarios
Me pongo nerviosísima, no puedo verlo... No entiendo a esa gente que sale corriendo en manada a ver una pelea. Asco de gente joder.
Un abrazo Virginia
Yo haría corrillo para ver a dos besándose, aunque no sea normal. Ojalá aprendiéramos de los que se besan y no de los que se pegan.