LAS CHABOLAS

Una amiga mía vivía en una chabola, donde está ahora la Mézquita de la M-30. Las dos ibamos al colegio juntas, estaba bastante cerca de su casa, de la mía no tanto. Era el mismo barrio, El Carmen pero yo vivía en una casa.

A ella le avergonzaba que yo lo supiera y que fuera a su casa, a mí me parecía una casa normal y corriente, por dentro había de todo. Tenían luz y agua corriente. El problema era fuera por las calles sin asfaltar. Me parecía acogedora y no demasiado pequeña. Mi casa entonces era bastante más pequeña.

En aquella época yo conocí de todo, a gente que vivía en la Alameda de Osuna, a gente que vivía en casas de ministros y chabolas. No envidiaba a nadie ni me parecía que nadie fuera menos o más que yo. Luego el cine se encargó de enseñarme esas chabolas como un sitio de droga y delincuencia, yo las conocí y no había de eso. Eloy de la Iglesia hizo una película justo allí, se llamaba colegas, yo cuando la ví reconocí mi barrio pero no lo que la película contaba.

Se veían los descampados y los bloques esos horrorosos que construyeron de protección oficial.

Entre esos dos bloques bajaba yo con la bici, sin frenos, subida en el transportin e iba a dar de bruces a la M-30, no era lo que es ahora, no había tanto tráfico, pero como para matarme, tenía que dar la vuelta en el final para no meterme en ella a toda velocidad.

Cuando paso y lo veo siempre me horrorizo. Yo tendría 12 o 13 años y por supuesto ninguna sensación de peligro.

Ahora se ven muchos árboles en el otro lado, entonces solo eran vertederos de obras, en la película se veían muy bien, los escombros, la desolación.