GUARDAR COSAS
Empecé a hacerlo cuando nació mi hija. Antes tiraba casi todo, no guardaba ni las cartas de amor, tengo muy pocos recuerdos de mi vida anterior. Con las mudanzas mi madre se deshacía de casi todo. El tiempo entonces no importaba, parecía que no se iba a acabar nunca, que nunca habría que mirar hacia el pasado.
Ahora me paso, lo sé, acumulo cajas, se me llenan todos los archivadores, siempre necesito más espacio para guardar. Ya no acumulo libros, algo es algo, no los compro, como mucho me los regalan.
En mi mesa voy guardando lo del día a día, lo que me llega por carta, lo de los últimos viajes y cuando ya se caen los papeles por todos lados me pongo un día y los guardo. Si estoy muy vaga los meto en una carpeta y los acumulo encima de los archivadores, ya lo haré más tarde.
Cuando me pongo a guardar también refresco mi memoria, siempre aparecen cosas que no sabía que estaban. Cosas que he olvidado. Tengo muy mala memoria. ¿Será por eso que lo guardo todo?
No soy metódica, no tengo albumes de fotos, ni de los viajes. Como mucho en carpetas, miles de carpetas a las que les pongo el nombre porque luego al buscar me vuelvo loca.
Tengo guardados todos los cursos, todas las entradas al cine o al teatro o a los espectáculos. Todos los mapas, los billetes de avión, las pegatinas de las maletas. Todas las instrucciones de los aparatos, incluso los que se estropearon y tiré. Todos los diskettes de 3 1/2 y algunos de 5 1/4. Todas las cintas de música. Los videos no, se los llevé a mi madre. No acumulo películas, las que tengo me las han regalado. Alguna vez compro alguna suelta, pero no tengo muchas.
Guardar, atesorar, saber que están ahí. Las discografías completas de Silvio, de Aute, de Pablo, de Tontxu, de Les Luthiers. En archivos compactos, que no ocupan nada.
Libros bajados de internet, todos mis archivos de estudiar, nunca tiro nada. Ni siquiera a la papelera de reciclaje. Todas las copias de seguridad en cds que no eran regrabables. Guardar, guardar, por si acaso.
Comentarios
Nunca he tirado una carta de amor, pero en una de esas locuras quemé dos o tres diários, los primeros que escribí... :-(
¿No tendrás el último de Tontxu verdad? :-)
Fanshawe me parece perfecto. Iván también es capaz de viajar con solo una mochila pequeña, yo no. Voy cargada de bártulos a todos sitios.
Me da miedo olvidar, quizás por eso lo guardo todo. De vez en cuando vuelves a esos sitios donde estuviste y fuiste feliz que dicen que no hay que volver físicamente pero con la mente es maravilloso.