LA FELICIDAD
Es un bebé que huele maravillosamente, en una casa sin calefacción, sin gas, con una cocina eléctrica que tardaba un siglo en calentarse, cambiando pañales y comprándolos que era mucho peor. Sin salir casi de casa, preocupada todo el día por si lloraba o por si no lloraba, a ver si como no se la oía se había muerto. Durmiendo cuando ella dormía porque no me dejaba más de 3 horas seguidas. Bajando de un cuarto sin ascensor el carrito y subiéndolo, con la compra, la niña, el bolso. Durmiéndola por la calle mayor, con el traqueteo por el empedrado recién puesto. Ahora lo sé, entonces no me parecía que eso fuera felicidad.
Comentarios
Breve felicidad, por cierto... ÑiAM!!